Sorpresas
Siempre me gustó la improvisación, me siento más libre. Pero esta parte del proyecto la he tenido que planificar bien ya que no lo estoy haciendo sola. Tuve la suerte de que Sebi me insistiera en organizar la agenda y el presupuesto, pero de todas maneras mi previsiones se han ido modificando ferozmente.
Cuando piensas que todo va bien y que nada podría salir mejor puede caer un chaparrón en el medio del desierto.
Al hablar con Gigi al llegar a California me enteré que ella, su hija y su yerno estaban quedándose temporalmente en casa de Lauri, su ex pareja, la cual yo había conocido y fotografiado diez años atrás.
Fue una alegría para mi saber que podría contactarla ya que le había perdido el rastro. También fue grato saber que seguían siendo amigas.
Hablé con Lauri para invitarla a participar del proyecto, nunca tuvimos una relación muy fluida por lo cual sabía que no sería muy fácil. A demás estaba con unos problemas médicos relacionados con el oído. Después del intercambio de e-mails explicándole bien el objetivo del proyecto quedamos para hacer ayer una entrevista corta.
Todo había salido muy bien hasta el momento. El día anterior había entrevistado a Gigi y Shelly en su casa, hablando del pasado y del presente con fluidez.
El martes iba ser nuestro día libre, el primero desde que llegué a la Bay Area, pero por la mañana sonó mi teléfono. Lauri cancelaba su entrevista del día siguiente y me decía que ella y Shelly habían tenido una bronca y que se estaban yendo de la casa. Intenté convencerla de hacerla sin hablar de los problemas personales, pero me colgó el teléfono… Aún no me imaginaba lo grave de la situación. Entré al Facebook de Gigi y en su muro estaba el siguiente mensaje: «i’m homeless and have zero $$$». Explicaba que su ex compañera los había echado de la casa. No solo era una tragedia familiar sino que también nuestro equipo de sonido estaba en esa casa donde no me respondían el teléfono…
Algunas horas después contacté con Gigi, estaba aún en la casa empacando para irse lo antes posible. Cogimos un taxi y fuimos al instante. Solo llevé una cámara por las dudas, no tenía pensado grabar, per nunca se sabe…
Lauri nos abrió la puerta diciendo un «hola y adiós» mientras se dirigía a la calle, el aire se cortaba con cuchillo. No la había visto en diez años y este fue el reencuentro…
Dentro del piso Shelly y su madre tenían cara de tristeza y preocupación. Las cajas y bolsos de la mudanza no entraban en el coche que habían conseguido. Debían salir ese mismo día y querían irse cuando antes.
Decidí llamar a mi amigo Lukas a ver si nos echaba una mano con su coche. Es un tipo genial. Nuestro reencuentro fue haciendo la mudanza de esta familia, pesar de no habernos visto en dos o tres años.
Mientras cargamos las cajas, le pedía a Eliana que grabe algunas tomas ya fuera del piso. Luego nos montamos en el coche y nos fuimos para Berkley Lukas, Gigi y yo.
Gigi nunca pierde su energía y su humor a pesar de la situación. Tiene una sonrisa y un temple que la hace una surfera de la vida, amándola. Su instinto de madre la lleva a volver pública su tragedia en Facebook buscando y encontrando la solidaridad de sus amigos/familia. Ella es la más joven de las madres de este proyecto, y también será la abuela más joven, ya que con sus cuarenta años está esperando su primer nieto/a, eso la hace luchar aún más fuerte para poder resolver la situación de su hija.
Al día siguiente tuvimos la última entrevista con Gigi, ya estaba más tranquila y reflexionamos sobre qué significa familia. Su opinión sobre Lauri, a quien consideraba hace dos días como su «hermana», hoy había pasado a la lista de personas non gratas. Pero en cambio su comunidad había respondido calidamente y a la altura de las circunstancias.
Este sábado Gigi pinchará en una sala de Oakland con su colectivo de Dj’s Hella Gay. Allí estaremos para grabar y también para bailar un poco, espero! Quizás vayan también Shelly y Willie, con quienes no podré tener una entrevista debido a la caótica circunstancia.
A veces todo se desmonta de un momento para otro. Nuestros planes se van al garete y solo permanecen las ideas. Luego la distancia nos da la perspectiva para el análisis. Quizás en el caso de esta familia no tenga la mejor entrevista que esperaba para sumar al proyecto cuando creí haber encontrado a Lauri, o cuando supe la mamá de Willie, el novio de Shelly también era lesbiana.
Pero de todos estos cambios se aprende y se deja aún lado la cámara para formar parte de la historia, para ayudar a cambiarla y para continuar la historia de relaciones humanas más allá de la representación.
Después de la mudanza paramos con Lukas por un taco-car, compramos unos burritos y nos fuimos a su casa-barco con unas cervezas. Una nueva aventura compartida, así como la que nos juntó hace unos seis años con Yomango en Ginebra.
Eliana y yo perdimos nuestro día libre, o mejor dicho lo usamos para otra cosa. Pero estoy segura de que valió la pena.
¡La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida!