Thanksgiving en New Jersey
Dos inmigrantes, una argentina y una coreana van en un bus a pasar Thanksgiving con una familia judía en New Jersey… no es un chiste, somos Lahoe y yo yendo a casa de la madre de Joan a rodar la primera entrevista en Estados Unidos.
Lahoe Ku, es una alumna coreana de Eliana, en la New York Film Academy, y me asisttiría ese día porque nadie que tenga familia cerca trabaja durante esa celebracíon. No le darías más de 25 años, pero no, es una mujer de 33 años muy dulce y curiosa por una cultura que no es la suya. Para las dos era la primera vez que participaríamos en una cena de Acción de Gracias.
Barbara, la madre de Joan, con 82 años, nos recogió con su coche en la terminal de buses. Yo la había conocido diez años atrás y fue muy grato revolver en mi memoria y reencontrar sus rasgos con el paso del tiempo entre los surcos de su cara.
Estaba nevando, era la primer nevada del año. Nos recibieron con los brazos abiertos. Dimos un paseo bajo la nieve y me explicaron la estructura social y política del barrio y su transformación.
Ezra, el hijo de Jane y Joan, tiene 18 años y estudia ingeniería, teníamos que entrevistarlo antes de que volvería a la universidad. Lo hicimos antes de la comida junto con su hemana Rosie. Fue muy interesante compartir preguntas y respuestas con los dos hermanos. Ella, aunque menor, es mucho más desenvuelta, tiene facilidad de palabra y es muy expresiva. Ezra, aunque más reservado, dio su opinión con una claridad increíble. Claro que en ambos aún se percibe el velo de la transición de niños-adultos. Eso es lo bonito de hablar con los adolescentes.
A la hora de la comida nos sentamos a la mesa y disfrutamos las delicias de esa «cena» a las 3pm.
Jane nos explicó que la primera regla era comer hasta reventar y Lahoe se lo tomó al pié de la letra, yo también pero no tanto, mi vegetarianismo me impidió probar algunos de los platos típicos.
Conversamos, comimos, bebimos, hablamos sobre la cultura coreana, todos estaban muy interesado en conocer más a cerca del país de esta delgadita mujer que me acompañó en todo sentido.
Después de la comida, la sobrina de Jane y Joan, hizo un ejercicio para su carrera de «arte terapia» de recreación de fotografías con toda la familia. Fue un juego muy divertido donde grandes y chicos posaban imitando las poses de fotos antiguas. Fue muy ameno ese día, nos sentimos en familia.
Ya de regreso, después de un intenso día de trabajo de casi doce horas pero con la panza llena y el corazón contento, tomamos el bus de regreso a Nueva York. Cada una en un asiento, la luz apagada y sus reflexiones personales después de un gran día familiar.