Tiempo circular
Ayer fue nuestra última entrevista para esta etapa del proyecto Familiarizarse.
Es curioso porque las casualidades a veces no son tales. No sabría decir qué son, pero algo hay. ¿Será el tiempo circular?
Montse y su ex compañera, fueron la primera familia que fotografié con el proyecto Madres Lesbianas en 1999 y hoy es la última de esta etapa.
También fue una entrevista muy especial porque la grabé con Glòria, una gran amiga que siempre quisimos hacer algo juntas y al final hemos tenido la oportunidad.
Fue bonito porque hablamos del pasado y de las grandes ocasiones que vivimos juntas. Montse, que así como puede ser muy trágica también puede ser muy pero muy cómica; hizo una parodia de cómo nos conocimos, y de la primera llamada telefónica que le hice hace once años para conocerla. Fue muy divertido, las cuatro nos reímos por un buen rato.
Por otro lado, también revisamos juntas las fotos que les tomé a Montse y Mery en su casamiento hace unos cuatro años, realmente no se me da tan mal eso de las fotos de boda, creo que cuando se me acabe el choyo de las becas voy a tener que ejercitarlo 🙂
En este momento, en que me encuentro editando y haciendo un repaso del proyecto, me reconforta el haber hecho un trabajo de mujeres hecho por mujeres. Pienso en la cantidad de mujeres que estuvieron involucradas, las que valientemente hablaron delante de la cámara y de las que estuvimos detrás (Eliana, Glòria, Lahoe y yo), echándole ganas y compartiendo muchas emociones, cansancio y horas, muchas horas.
Otras de esas cosas que te hacen pensar en el tiempo circular fue el punto de encuentro entre la vida y la muerte. En el año 2000 mientras convivía con Deb, había vivido dos nacimientos, el de su hijo Mateo y el de su compañera Jess, que había salido exitosamente de un transplante de hígado. En este encuentro de 2010, Jess había fallecido y Mateo estaba rebosante de vida a sus diez años habiendo tenido ya, a su corta edad, la experiencia de la muerte de un ser querido, su «mama» como él la llama.
Como en un cuento de J.L.Borges, el eterno retorno, se manifestaba otra vez a mi llegada a Oakland. Casualmente Gigi estaba viviendo temporalmente con su ex compañera, quien también había participado en Madres Lesbianas cuando vivían juntas en Nueva York. Y nuevamente, en mi proyecto, había una mujer embarazada en California, esta vez era Shelly, la hija de Gigi.
El trabajar en un proyecto extendido en el tiempo, en este caso en un período de once años, le da una perspectiva y un sentido diferente al mismo y a mi propia vida.
Ayer Montse dijo algo que me emocionó mucho y que yo nunca había reflexionado sobre ello.
Cuando comencé el proyecto de Madres Lesbianas, lo hice por mis propios medios, con las familias españolas en 1999. En el 2000 me otorgaron la Beca Fotopres’01, lo que me permitió continuar el proyecto. Y ayer, las palabras de Montse fueron «Cuando te dieron el Fotopres nos lo dieron a todas».
Espero que una vez terminado este proyecto, el sentimiento colectivo sea el mismo. Un gran desafío que espero poder alcanzar.