Mercado de Coca
Mercado de Coca en La Paz, Bolivia (2007)
« El crecimiento electoral del movimiento de Evo Morales y los cocaleros tiene que ver con el poder simbólio multifacético que tiene el concepto de soberanía, eje de su programa político y de su visión cobre la hoja de coca. Este concepto puede aplicarse a varias escalas y niveles de lo social. Está en primer lugar la idea de soberanía nacional frente a la política imperial de erradicación de cultivos y la lucha antidrogas. También se alude a la soberanía sobre el cuerpo y consumo, que reivindica los derechos de los akhullikadores ante su estigmatización como «dogadictos». Con el concepto de «soberanía» se reivindica también lo cultural: el carácter sagrado y medicinal de la hoja de coca, central para la reproducción de la identidad indígena en los andes, la amazonía, en el área rural tanto como urbana. La soberanía también es un concepto regional , que articula los intereses de varios sectores en el territorio del trópico cochabambino, en disputa con los intereses petroleros y con los proyectos de desarrollo alternativo y el ecoturismo. Finalmente, se interpela la «soberanía del pueblo» y del campesinado como clase y como actor político, en alianza con sus pares de la CSUTCB (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia). Los derechos al cultivo de la hoja de coca se expresan así a través de lenguaje complejos: culturales a la par que económicos, religiosos y a la vez políticos. La coca llega a encarnar una idea de soberanía capaz de articular las luchas locales con los intereses de la nación en su conjunto, las demandas económicas campesinas con la visión indígena de lo sagrado. Expresa incluso la defensa de los derechos individuales y personales y la legitimidad cultual de sus varias formas de consumo»*
*Extracto del libro «Bolivia en el inicio del Pachakuti. La larga lucha anticolonial de los pueblos Aimara y Quechua». Autor: Esteban Ticona Alejo. Editorial: Akal. (Pág.98-99)